No dejes de sonreir. Porque es muy poco el tiempo que te dan para la alegrìa. No dejes de estar siempre al servicio de una buena causa. Porque es poco el tiempo que te dan para llenar la copa de la vida. No dejes de dar pinceladas de cielo a tus dìas nublados. Porque es poco el tiempo que te dan para después de la tormenta ver salir el arcoiris. No dejes de perdonar. Porque es muy poco el tiempo para después cicatrizar y volver a florecer. No dejes de amar. Porque son pocos los años que te dan para entregar el corazón y llenar la vida. No dejes de tener un amigo. Porque es muy poco el tiempo que te dan para llevarlos de la mano. No dejes de sembrar y de abonar. Porque es poco el tiempo que te dan para dejar tu tierra produciendo, y el cantero de Dios todo florecido. Es poco el tiempo que te dan para tirar semillas en esta aridèz, para injertarte en el mundo aquì, aspirando al mundo de allà, para tropezar en el camino con la cruz de los demàs. Es muy poco el tiempo que te dan para construir, hacer tus planos, ensamblar tus piezas, redondear tus proyectos y luego, cimentar, afianzar, consolidar. Para medir tu rendimiento, nadar contra la corriente y darle a la vida màs de lo que recibes. Es poco el tiempo que te dan para construir el pozo, llenar el cofre y pulir la perla. ¡Cuànta vida tenemos que vivir, cuàntos papeles que desempeñar, cuàntos males tenemos que sufrir! ¡Y què poco tiempo! Que poco tiempo sentimos tener para llenar la arena de rosales, el mar de perlas, los caminos de flores. ¡Y los corazones, de Dios! No dejes que se valla la magia del amor, los sueños de las realidades, y las rosas de la cruz. Es muy poco el tiempo para redondear la obra. Cumplir un destino, corregir los errores. Madurar los frutos. ¡Y dejarlo todo terminado y completo! Es muy poco el tiempo para dar la talla, realizar una misiòn. Ajustar las cuentas. ¡Y hacer rendir las capacidades y los dones! Muy poco Dios mìo, para llenar de huellas el camino, de racimos la siembra, ¡y de luz el mundo! Poco para un trayecto màs alto. ¡No lo desperdicies! Creemos que la vida es algo que no tiene fin, que nunca termina, entonces desperdiciamos el tiempo muchas veces solo viviendo por vivir y que grave error. Dejamos que la vida se nos escape y al pasar los años sentimos penas, dolor, angustia por todo aquello que dejamos sin hacer, por el tiempo que perdimos tratando de resolver problemas que no tenian soluciòn. “Vive cada minuto como si fuera el ùltimo”. Si todos recordàramos esa frase a diario aprenderiamos a vivir la vida intensamente. Aprenderiamos a no posponer las emociones màs lindas de la vida pensando que “si no es hoy serà mañana”. Tu tiempo es ahora. El futuro es incierto. Vive cada minuto intensamente, la vida es hoy. Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compàs de los latidos de tu corazón.
domingo, 9 de noviembre de 2008
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